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martes, 21 de febrero de 2012

PROHIBIDO COMER LOROS


Continuando con Las Leyes Bíblicas de la alimentación os diré que generalmente, todas las aves de rapiña y las carroñeras, como los buitres, las águilas, los halcones, y los búhos, así también como los pelícanos, las cigüeñas, las grullas, y todos estos tipos de aves son impuras. La razón de esto parece estar en que las enzimas encontradas en ellas tienen como función ocuparse de la cadena alimenticia sobre la cual dependen, pero que no pueden ser toleradas por el cuerpo humano.

Se sabe cada vez más sobre las transmisiones de las enfermedades virales entre las aves impuras. Parece que éstas pueden ser transmitidas a las aves puras, como el pato, en los países como Hong Kong en donde la crianza intensiva está estrechamente asociada a las áreas de parada de los pájaros migratorios. Las erupciones de las gripes provenientes de Asia, como la gripe de Hong Kong, han llevado a esta conclusión.

Las reglas generales de higiene en la Biblia contra la transmisión de enfermedades  están contenidas en el Levítico 1, capítulo 11, versículos 13 al 19 y en Deuteronomio, capítulo 14, versículos 12 al 18, Dios estipulaba lo siguiente:


"Éstas son las aves que no podréis comer: el águila, el quebrantahuesos, el azor, el gallinazo, el milano, el cuervo, el avestruz , la lechuza, la gaviota el gavilán, el búho, el ibis, el calamón, el pelícano, el buitre, el somormujo, la cigüeña, la garza, la abubilla y el murciélago".

Como veis todas las aves que se prohíben son carroñeras o depredadoras y ese es el motivo por el que Moisés en sus leyes y para proteger a la población prohibió su consumo.

Mencionar respecto del avestruz, que hoy lejos de prohibirse, existen en todo el mundo explotaciones ganaderas dirigidas a la producción de esta carne, piel, plumas y huevos.

Nosotros los loros, no eramos un animal conocido en la zona de influencia de esta religión y por lo tanto tampoco se nos incluyó en el listado, al igual que tampoco el Cóndor y otros muchos.

Aquella regla de no consumir las aves que tienen garras de presa y pico córvido, era simplemente una medida de precaución que se ha mantenido hasta hoy y con la emigración europea a América, también allí se sigue esta tradición.

En estos pasajes se da una lista de variedades de aves no comestibles, sin especificar cuáles son las aves puras. Además, solamente se mencionan unas cuantas aves impuras de entre millares que hay en el mundo, pero las allí anotadas reúnen las características de todas las aves impuras a modo de ejemplo.

La pregunta es: ¿En que difieren estas aves impuras de las aves conocidas como puras o aptas para alimento humano? Para responder a este interrogante os diré que las características de las aves puras son determinadas por la tórtola o el palomino (Lucas 2.24 y Levítico 1.14), que antiguamente se usaban como ofrendas para los sacrificios.

Al comparar las diferencias entre estas aves puras y las clasificadas como impuras, podemos señalar seis características de las aves puras:

1) No deben ser aves de rapiña.
2) Aunque atrapen en el aire el alimento, lo ponen en tierra donde lo dividen o desmenuzan con el pico, si es posible, antes de comérselo, sin embargo, las aves impuras lo devoran en el aire, o bien lo sujetan en tierra con una pata y lo rasgan con el pico.
3) Tienen alargado el dedo de en medio y un dedo trasero.
4) Extienden los dedos de las patas de tal manera que los tres del frente quedan sobre un lado de la rama en que se posan y el dedo trasero sobre el otro lado.
5) Tienen buche.
6) Tienen molleja con doble revestimiento.

Si un ave carece de cualquiera de estas seis características, es impura y no apta para la alimentación.


Dos dedos delante y dos detrás de la rama

Entre las aves impuras que no están en el listado de Moisés, las de los órdenes de las trepadoras y las prensoras, que incluyen el tucán, el pájaro carpintero y el loro o papagayo que dividen los dedos de las patas de manera que quedan dos a cada lado de la rama donde se posan.

Otros tipos de aves inmundas son las aves acuáticas o zancudas y las gaviotas que no tienen buche ni molleja de doble forro, y a menudo no cuentan con el dedo trasero de la pata o no tienen alargado el dedo de en medio.

Bueno, con la protección de las Leyes Bíblicas y nuestro status de mascota no puedo imaginarme terminar mis días en una cazuela. Quien puede ser capaz de comerse a su mascota, salvo Homer Simpsom , que se despachó a “Tenacitas”. Pero Homero es un dibujo animado.




Tenemos depredadores en la naturaleza y aunque no veo a una rapaz atacando a un guacamayo por el peligro que tiene de quedarse sin tren de aterrizaje, lo cierto es que no todos los loros tenemos su tamaño y ese pico que puede cortar aluminio. La prueba de estos ataques la tenemos en la denuncia de una señora a un gavilán para que lo lleven preso por haber matado a su loro Pedrito. La noticia es graciosa y me haría gracia si no fuera por el triste final de Pedrito .

Pero además de las serpientes el mayor depredador es el hombre (otra serpiente) que está provocando que muchas familias de loro se vean en peligro de extinción. No es que nos devoren, es porque, cuando no destruyen nuestros hábitats destruyen nuestros nidos.

La frase “cuando Alfonso le torció el pescuezo al loro y le echó en la olla” de Gabriel García Márquez en 100 AÑOS DE SOLEDAD, no me inspira ninguna confianza en los humanos, especialmente cuando leo que “en algunas partes de Venezuela y del mundo se comen a los psitácidos, especialmente en la Guayana Francesa, donde es un plato muy variado y popular”. Ninguna confianza, digo. Sin embargo existen leyes internacionales y locales de protección por las cuales  generalmente está prohibida la captura y la comercialización que me permite afirmar que, en consecuencia, está prohibido comer loros.

Además existe una corriente cada vez mayor de educación, concienciación y ayuda a los entornos de comunidades indígenas para que esta protección sea efectiva como se deduce de la lectura de este artículo de AVISA.

Ahora bien, los gobiernos donde existen poblaciones de loros en ambiente natural son conscientes de las costumbres ancestrales de las comunidades indígenas y lo reflejan en sus respectivas legislaciones. En Paraguay “La caza está prohibida excepto para indígenas por fines de supervivencia, es decir solo para comer, no para comercializar. Nadie está autorizado a cazar ni a comercializar”.


De estas costumbre nativas escribió Ángel Nuevo González, Biólogo especialista en psitácidas que tiene el criadero Ekkies Parrots en Mallorca (España).

Conocí a Ángel Nuevo en las VII Jornadas sobre cuidados y conservación de loros mascota de Santa Olalla (Toledo) donde disertó sobre “Una aproximación a la nutrición de los loros del género Amazonas” y que estuvo magistral. Pues este amante de los loros relata su experiencia con los Wichi y los Toba, comunidades indígenas de Argentina y el uso que estos hacen de los loros. Invito a pinchar en el enlace para ver todo el artículo completo, pero en lo que a mí me interesa destaco: “…zonas más deprimidas de La Argentina. Y me parecía interesante dar a conocer los usos, que, de los loros con los que conviven en estas áreas, hacían estos habitantes.
Tradicionalmente han hecho uso tanto de las especies animales como vegetales a las que tenían acceso, pero en este caso, me centraré en el tema de las Psitácidas:
Loro Hablador (Amazona aestiva): Los Wichí antiguos, comían la carne de los loros adultos en forma de sopa, mientras que los huevos y los pichones, no se empleaban para nada.
Para los Toba, parece que su empleo como comestible no está generalizado, no obstante hay testimonios que advierten que se come su carne, asada o hervida. Para ello, a los adultos suelen cazarlos con la ayuda de una honda. Los huevos, solo si ocasionalmente se encuentran, se aprovechan. Los pichones solo se extraen para comerlos cuando los localizan gritando al pedir comida desde sus cavidades; entonces se tala el árbol para poder alcanzarlos... También se extraen actualmente los pichones de sus huecos, pero para criarlos y venderlos. A veces, durante su crianza, cuando están crecidos pueden resultar “apetecibles”, entonces los sacrifican para comer, pero si el loro aprende a “hablar” antes, no lo hacen.
Aratinga acuticaudata Entre los Wichí no hay acuerdo sobre su consumo, pero en la actualidad no lo cazan para comer. Eventualmente se capturan las crías para venderlas o tenerlas como mascota... Los antiguos, las cazaban con hondas y/o flechas y su carne se cocinaba o se asaba sobre las brasas y era muy apreciada por todos a pesar de la escasa carne que contiene...
Entre los Tobas, aparentemente el uso de la carne y de los huevos fue restringido. Su carne, preparada en forma de asado, se usó como medicamento para tratar fiebres, y aclaran ellos mismos que “no es comida, es un remedio...” Cuando hacía falta utilizar este remedio, se mandaba a un muchacho para cazarlo con honda para que lo busque.
Periquito canarialado o Cotorra de ala de canario... Aparentemente los Wichí no comen esta pequeña cotorra, ya que dicen que su carne posee mal sabor ( ta´pai, en su lengua). Sólo los cazan, cocinan y comen los niños como aprendizaje...
Los Tobas, ofrecen testimonios contradictorios, unos lo describen como “¡algo demasiado rico!” otros aseguran, sin embargo, que traen enfermedades como el sarampión... (Curioso, verdad?)
Cotorras de pecho gris o cotorritas monje... El “piar” de los pichones es manifiesto, y esta situación hace que los Wichí los consuman y de hecho su carne es muy apreciada. Aunque también, pero en menor medida se aprovechan los individuos adultos.

 

Entre los criollos del campo dicen del Loro Hablador que su carne tiene muy mal sabor, ya que son los únicos que comen del fruto del Quebracho, y éste tiene fama de tener un sabor muy desagradable.

Termino con esta conclusión: Que salvo las excepciones que confirman la regla, las leyes divinas y humanas tienen prohibido comer loros.

Cuidad y respetar la naturaleza. Cuidad y respetar a los animales. Considerar hermanos a humanos y animales es realmente hermoso y civilizado. Por eso, a cada lector le considero un loro más al que pido este cuidado y respeto y copiando la despedida a Ángel Nuevo te digo: "¡ Enkiara yaq ya elé !" (Te lo agradezco, hermano loro).


5 comentarios :

Jose Antonio dijo...

Excelente artículo, yo no me comería nunca un loro.

Pero lo cierto es que cuando el hambre aprieta, el ser humano comió y probó todo lo que la naturaleza ponía a su alcance.

Siempre me pregunté quién fue el primer hombre que probó un Percebe y porqué motivo lo hizo...en crudo seguro que no debía saber nada bien.

Un abrazo y buena continuación.

Mariluz GH dijo...

Encantada de conocerte Riki; eres un Yaco guapísimo, por eso me he hecho seguidora de tus adelantos en youtube :)

Cuando vuelva a tu casa te traeré pipas de girasol (te gustan ¿no?) mientras tanto te dejo un beso en el pico y un abrazo de alas ;)

Fe r dijo...

Por mis pagos se suele escuchar:"Todo bicho que camina va a parar al asador", pero hay bichos que jamás comería, esté o no permitido por las leyes bíblicas.

Un saludo, Riki.

JUANGO dijo...

BUENO VISTO LO VISTO DE TODA LA VIDA CON LA JUSTICIA DIVINA Y ULTIMAMENTE CON LA JUSTICIA HUMANA. SI YO FUESE UN LORO NO TENDRIA MUCHA CONFIANZA EN NINGUNA DE LAS DOS. ME GUSTO EL ARTICULO. UN SALUDO.

JUANGO dijo...

PUES VISTO LO VISTO DE TODA LA VIDA CON LA JUSTICIA DIVINA Y ULTIMAMENTE CON LA JUSTICIA HUMANA. SI YO FUESE UN LORO NO ME SENTIRIA NADA SEGURO. RIKI SE VE QUE ESTAS BIEN INFORMADO. SALUDOS.

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